El Gorrión molinero es un poco más pequeño que el Gorrión común y tiene una silueta más frágil. Su manto castaño, su pequeño babero negro, sus mejillas marcada cada una de ellas con una mancha negra y un anillo blanco en el cuello hacen que se trate de un pájaro con mucho diseño.

No existe dimorfismo sexual visible en estos pájaros, aunque el macho tiene el manto y la pequeñas plumas coberteras con una coloración más intensa.

¿Por qué está desapareciendo el Gorrión?

Como podemos ver, la forma nominal cuenta con nueve subespecies, cuya área de distribución se extiende por Asia, aunque la diferencias entre ellas son mínimas.

El Gorrión molinero está distribuido por toda la península ibérica, aunque de forma irregular. A pesar de que no es una especie amenazada, su población está disminuyendo, no sólo en España, sino en toda Europa. Esta inquietante constatación está relacionada con la desaparición o la modificación de los biotopos adecuados y con el tratamiento con pesticidas de los cultivos agrícolas u ornamentales.

Contrariamente a lo que ocurre con su primo el Gorrión común, el Gorrión molinero es un verdadero “campesino”. Los campos cultivados o incultos constituyen sus lugares de residencia favoritos. Sobre todo cuando en las proximidades descubre sauces desmochados, ya que en ellos encuentra cavidades naturales donde anidar tranquilamente, mientras que los cultivos y barbechos le proporcionan el alimento que necesita. El problema está en la “crisis de alojamiento”, ya que es difícil encontrar sauces desmochados, debido sin duda a la extensión de los cultivos.

Con la utilización de pesticidas para mantener los cultivos libres de insectos y plagas, el pájaro no encuentra ya nada que cazar y no recoge más que semillas tratadas con productos químicos, cuyas consecuencias perniciosas sobre la genética de las especies aún no conocemos a fondo hoy en día.

Otro problema: la presencia de huevos claros en las puestas. Las puestas suelen ser de unos cinco huevos, que antes daban origen con toda seguridad a cinco pollos. Hoy se constata casi siempre la existencia de huevos que no dan origen a ningún pequeño: de cada cinco huevos nacen sólo tres pollos. Normal pues que la población de Gorriones molineros disminuya regularmente y de una forma que no deja de inquietarnos.

¿Qué podemos hacer para evitar esta situación? Procurarles recursos artificiales donde anidar, bajo la forma de pedazos de tronco vaciados de 14 cm de circunferencia, con huecos de 20 cm de altura, con un agujero de entrada de un diámetro de 28 mm máximo, ya que si este agujero alcanza los 30 cm, abrimos la puerta a la competencia de los Gorriones domésticos.

Hay que confiar en que la ciencia encuentre a tiempo las causas de la inquietante presencia de huevos claros en las posturas y el medio de remediarlo. En cuanto a la problemática derivada del uso de pesticidas, herbicidas y otros fungicidas, no podemos más que desear un cambio radical de mentalidad en la sociedad occidental moderna, algo que ya está teniendo lugar. Podemos estar seguros de que esto proporcionaría a Gorriones molineros y demás seres vivos en general una mayor posibilidad de supervivencia.

En la voladera

Los Gorriones molineros tienen pocas virtudes que hagan de ellos pájaros de voladera ideales. Si no los hemos criado a mano, permanecerán ariscos toda su vida. Si alguien se les acerca, harán lo imposible por esconderse. De hecho, si no supiésemos que están allí, podríamos incluso pensar que no hay ninguno en la voladera.

Gorrión molinero bruno. Foto: Rudy Driesmans.

Gorrión molinero bruno. Foto: Rudy Driesmans.

Es conveniente dejar los pedazos de tronco vaciado en la voladera durante todo el año: los Gorriones molineros los utilizarán como dormitorio, pero también como refugio frente a un peligro eventual o supuesto.

La voladera de cría no deberá tener dimensiones inferiores a 2 m de longitud, 1 m de anchura y 2 m de altura y estará completamente cubierta, ya que los Gorriones molineros contraen fácilmente la coccidiosis. Como siempre, es indispensable un suelo bien seco.

Podemos aparear un macho con varias hembras y tampoco en la naturaleza los machos de Gorrión molinero son modelo de fidelidad conyugal.

En invierno, su alimentación puede estar integrada por un 50% de mezcla para Periquitos y un 50% de mezcla para Canarios. Añadiremos a este compuesto espigas de mijo.

El pedazo de tronco hueco (de 20 cm x 14 cm, como ya hemos dicho) se colgará en la voladera en el mes de octubre y los Gorriones molineros lo utilizarán como dormitorio. Con los primeros rayos de sol primaveral, el macho iniciará su cortejo. A primeros de abril, cambiaremos el tronco, que ya estará sucio, por otro limpio.

Los materiales de construcción del nido son, sobre todo, hierba seca y fibras de coco. Si es posible, forraremos el interior con plumón de oca o plumas de pecho y dorso.

Los primeros huevos deberían aparecer a finales de abril. La puesta suele ser de cinco huevos, que serán incubados durante trece días.

Desde el nacimiento de los jóvenes, hay que suministrar alimento animal. Utilizaremos gusanos de la harina recién mudados (blancos), gusanos buffalo y larvas. Las moscas, que se encontrarán en los comienzos de su estado de imago, constituyen también un excelente alimento; estas moscas no pueden volar antes de que sus alas se desplieguen y sequen. Por el contrario, las semillas silvestres, excepto las de espiguilla (Poa annua L.) y las de centidonia (Polygonum aviculare) no son muy apreciadas por estos pájaros. Sin embargo, el mijo en espigas es consumido con fruición.

Mutaciones del Gorrión molinero

Gorrión molinero bruno

Gorrión molinero bruno. Foto: Rudy Driesmans.

Gorrión molinero bruno. Foto: Rudy Driesmans.

En 1968 entré en posesión de un Gorrión molinero bruno. Un cazador con trampas (en aquellos tiempos la caza con trampas estaba legalmente autorizada en mi país) había atrapado un ejemplar entre sus redes. A mí desde siempre me habían entusiasmado las mutaciones y tuve la suerte de que el cazador no encontrase nada de especial en ese pájaro, justo un poco más claro que un Gorrión molinero normal. Lo compré prácticamente por nada. Un día lo presenté a un concurso en Zele, donde llamó la atención de Pieters de Maldegem, un juez al que yo no conocía personalmente y que me esperaba ya cuando abrió la exposición. Me preguntó lo que pensaba hacer con ese pájaro. Le comenté que mi idea era utilizarlo en la cría y hacerlo participar en otros concursos. Me contestó que aquel no era el mejor futuro para el pájaro y que se temía que así esa bella mutación se perdería. Me propuso vender el pájaro a Rudy Driesmans, que vivía en Blankenberge y que se contaba entre los mejores criadores europeos. Añadió que Rudy tenía mi edad, que era un criador de pájaros de gran calidad y que según su opinión sabría sacarle el mejor partido a mi ejemplar. ¿Podría pasar Rudy por su casa a ver su pájaro? me preguntó.

A la semana siguiente, un domingo por la tarde, Rudy se presentó sin previo aviso en mi casa, pero por desgracia no había nadie. Cuando volví por la noche, un vecino me comunicó la visita y que el visitante había pasado más de una hora viendo mis pájaros por la ventana. Le dijo también que volvería al día siguiente, lunes, por la mañana, teniendo en cuenta que yo trabajaba por la tarde.

Al día siguiente, ya a las 8 de la mañana, tenía a Rudy a mi puerta. Después de tomar café, no pudo contenerse y me pidió que pasásemos a ver mis pájaros. Se puso de rodillas y estuvo observando durante un largo rato a mi Gorrión molinero bruno. La pregunta no se hizo esperar: ¿Cuanto quiere por el pájaro? Su interés por el pájaro era evidente, después de dos visitas y un largo desplazamiento para verlo, y decidí regalárselo, pidiéndole sólo a cambio que me diese un pollo si conseguía criar. Pocas veces en mi vida he visto a nadie tan contento después de haberle regalado un pájaro. A modo de agradecimiento, y sabiendo que participaba regularmente en concursos, me propuso algunos de sus buenos pájaros. No dejé pasar la ocasión y a la semana siguiente me encontraba de visita en Blankenberge, eligiendo entre pájaros en los que antes sólo había podido soñar. Me dio más de los que me esperaba. ¡Cómo concursé aquel año! La gente de mi zona creía que me había tocado la lotería. Pero de hecho, había ganado mucho más, aunque no lo supe hasta algún tiempo después: un amigo verdadero o un verdadero amigo, si lo preferís.

Rudy incorporó el pájaro a su criadero. Se trataba de una hembra y tuvo seis hijos. Al año siguiente conseguía, acoplándola con un macho portador de bruno, los primeros Gorriones molinero brunos de criadero.

Contrariamente a lo que se creía, el Gorrión molinero tiene una herencia recesiva y no ligada al sexo. Veamos lo que esto da en teoría:

bruno x bruno

50% machos brunos

50% hembras brunas

ancestral x bruno

50% machos ancestrales / bruno

50% hembras ancestrales / bruno

bruno x ancestral

50% machos ancestrales / bruno

50% hembras ancestrales / bruno

ancestral / bruno x bruno

25% machos ancestrales / bruno

25% machos brunos

25% hembras ancestrales / bruno

25% hembras brunas

bruno x ancestral / bruno

25% machos ancestrales / bruno

25% machos brunos

25% hembras ancestrales / bruno

25% hembras brunas

ancestral / bruno x ancestral / bruno

25 % machos ancestrales / bruno

12,5% machos brunos

12,5% machos ancestrales

25% hembras ancestrales / bruno

12,5% hembras brunas

12,5% hembras ancestrales

Gorrión molinero opal

Gorión molinero opal. Foto: Jaak Van Mingeroet.

Gorión molinero opal. Foto: Jaak Van Mingeroet.

En 1975, Rudy compró un Gorrión molinero opal, que tenía ya 11 años. En aquellos tiempos, parece que nadie sabía cómo reproducir el Gorrión molinero en cautividad. A pesar de la avanzada edad del ejemplar adquirido, Rudy consiguió que le diera 11 descendientes. Dado que la mutación opal es también recesiva, todos esos pájaros eran de fenotipo ancestral, pero portadores de opal. Con esos portadores, Rudy consiguió construir una cepa excepcional de Gorriones molinero opal.

Algunos años después, Rudy me cedió un macho de fenotipo ancestral, que era portador de opal y portador de bruno, y también dos hembras de fenotipo ancestral, que eran también portadoras como el macho. A mediados de mayo de aquel año, ambas hembras tenían una puesta de huevos claros. En la segunda puesta conseguí cinco pollos de las dos hembras, entre los que había tres mutados: uno bruno y dos opal. Los jóvenes mutados bruno son reconocibles desde su nacimiento por sus ojos rosa claros. Por el contrario, al nacimiento, no hay diferencias exteriores apreciables entre el fenotipo ancestral y el opal. Hay que esperar a la aparición del plumaje. Decir que una semana dura una eternidad en esa espera, no es exagerar.

En cuanto a la herencia en esta mutación, podemos aprovechar los resultados anteriores sustituyendo el término “bruno” por el término “opal”.

Gorrión molinero bruno-opal

Gorrión molinero bruno opal. Foto: Rudy Driesmans.

Gorrión molinero bruno opal. Foto: Rudy Driesmans.

No se trata de una mutación propiamente dicha, sino de la combinación de las mutaciones bruno y opal.

En cuanto a la herencia en esta mutación, podemos aprovechar los resultados anteriores sustituyendo el término “bruno” por el término “bruno-opal”.

Gorrión molinero bruno-pastel

Gorrión molinero pastel. Foto: Rudy Driesmans.

Gorrión molinero pastel. Foto: Rudy Driesmans.

La última mutación fijada ha sido la pastel. Tiene una herencia ligada al sexo y que yo sepa, no existe más que el pastel color ancestral. Existe sin embargo la posibilidad de criar esta mutación con la bruno opal.

Gorrión molinero bruno pastel. Foto: Rudy Driesmans.

Gorrión molinero bruno pastel. Foto: Rudy Driesmans.

Ejemplar de concurso

Es absolutamente necesario criar a mano a los Gorriones molinero que queramos presentar a concurso., ya que en caso contrario los pájaros no pueden ser domesticados. Es también de la mayor importancia alojar a los pollos que abandonen el nido, cada uno por separado, en una jaula de concurso dotada de posaderos finos, para evitar que los dedos y uñas no crezcan como es debido.

La mayor parte de los criadores que intentan criarlos a mano, pierden la paciencia cuando los Gorriones molinero tienen ocho semanas, debido a que a esa edad la mayor parte de los jóvenes pájaros son muy recelosos, huidizos y hacen pensar que nunca servirán para ser presentados a concurso. Nada más alejado de la realidad: hay que permanecer tranquilo uno mismo y domesticar a los pájaros ofreciéndoles golosinas, como gusanos de la harina, espigas de mijo, etc. Una vez que empiezan a mudar, los jóvenes se calman rápidamente y cuando acaba la muda, se han convertido ya en ejemplares de concurso muy apacibles, que procurarán muchas satisfacciones al criador que los presente a concurso.

Evidentemente, los colores y el diseño deben corresponder a los exigidos por el estándar. A veces aparece alguna pluma manchada o el diseño no es ideal, sobre todo en el babero, las mejillas, el diseño del dorso y el de las alas.

Aberraciones

Albinismos parciales