El pardillo sizerín (Carduelis flammea) es un ave perteneciente al orden de los paseriformes y, dentro de éste, a la familia Fringillidae. Estuvo antiguamente en el género Acanthis junto a Carduelis cannabina y Carduelis flavirostris, pero sus más estrechos parientes son los Fringillidae (Arnaiz-Villena et al., 2001). Ellos deberían incluirse en el género Carduelis, pero por sus adaptaciones y biogeografía son algo peculiares evolutivamente, siendo mejor reinstalarlos entre los Acanthis, salvo los pardillos.
Para quien quiera iniciarse en la cría de pájaros originarios de nuestro continente, los Sizerines son ideales. Se trata de los pájaros más adecuados para ayudar a los neófitos a dar sus primeros pasos en el fascinante mundo de la cría de pájaros de fauna europea. Los Sizerines son muy robustos, no son caros y resultan excelentes ejemplares de concurso.
Se ha probado científicamente que en las regiones en las que se encuentran diversas subespecies de Sizerines, se producen hibridaciones, por lo que me erijo en abogado del diablo y animo a los criadores a que traten al máximo de conservar las razas puras en cautividad. Me dirijo también a los jueces para pedirles que asuman sus responsabilidades y que cuiden que sólo ejemplares de raza pura sean presentados a los concursos.
Los pájaros de un año o menos no muestran prácticamente dimorfismo sexual. Los aficionados a los pájaros tienen, sin embargo, respuesta para todo. Si el o los ejemplares que queremos sexar no van a ser presentados a concurso, les quitaremos delicadamente algunas plumas del pecho, después de la muda, en octubre por ejemplo. Les daremos a continuación, y durante cuatro semanas, cantaxantina en la comida o en el agua de beber. Si se trata de una joven hembra, las plumas que volverán a salir serán brunas; si se trata de un joven macho, serán rojas. ¡Nada más sencillo! Pero atención: no sirve de nada actuar de esta manera antes de la muda ya que obtendremos el mismo resultado para hembras y para machos: las plumas que volverán a salir serán brunas.
Los machos de más edad no presentan ningún problema para su sexaje: presentan un pecho de un verde amarillento a rojo, lo que no ocurre con las hembras.
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En voladera
Una mezcla para Canarios no será suficiente en absoluto para alimentar a nuestros Sizerines. Aconsejamos una mezcla específica para Sizerines, tal como la descrita en el capítulo de alimentación.
En invierno, acostumbraremos a nuestros Sizerines a la pasta al huevo, así como a la ingesta de buffalo, gusanos de la harina, larvas y huevos de hormiga. Cuando nazcan los jóvenes, añadiremos pulgones verdes, que encontraremos con profusión en los ciruelos y en los rosales. Constituyen una auténtica golosina para los Sizerines. Pero si les damos gusanos de la harina, que no sean grandes y que estén en fase de muda (blancos) e incluso crisálidas. Los huevos de hormiga pueden mezclarse con la pasta al huevo.
Son numerosas las semillas que forman parte también de la dieta del Sizerín, cuando puede conseguirlas: de álsine, senecio común, cerraja, diente de león, acedera, cardos, onagra, persicaria, centidonia, armuelle (Atriplex hortensis), de todo tipo de gramíneas y de abedul son las principales. Además, en la naturaleza encontramos sobre estas plantas multitud de insectos variados, que constituirán las delicias de los Sizerines.
La popularidad de los Sizerines ha aumentado gracias a las diferentes mutaciones que se han logrado fijar. No olvidemos, sin embargo, que la forma nominal vale la pena también de ser criada. Está comprobado que el Sizerín cabaret (Acanthis flammea cabaret) se adapta mejor a su cría en cautividad. Las dificultades de cría aumentan con la talla de las subespecies.
La reproducción de estos pájaros, aunque se logre en jaulas de cría, dará mejores resultados en voladera. Las mejores parejas reproductoras son aquellas que han sido criadas ellas mismas en voladera. Otra ventaja de la voladera frente a la jaula de cría es la poligamia. El macho, de todas formas, no ayuda mucho en las labores de cría.
Colocaremos algunas ramas de conífera en la voladera, para que protejan a la o las hembra/s frente a los excesos, siempre posibles, del macho. Estos excesos pueden provocar heridas graves en su o sus compañeras e incluso su muerte.
Procuraremos siempre que los Sizerines tengan varios lugares posibles donde anidar. Copas de alambre trenzado recubiertas en su interior por nidos de fibra de coco o yute ayudarán en la faena. El Sizerín puede construir también su nido entre las ramas de las coníferas o de retama sin ningún problema.
El celo aparece pronto en todas las especies de Sizerín. Los machos cortejan a la hembra, cantando a su alrededor. Apenas llegado mediados de abril, no es raro ver pájaros afanándose ya en sus tareas de construcción del nido. Es habitual ver al macho molestando a la hembra que incuba, de tal manera que está claro que no habrá pollos. Será mejor entonces separar a los progenitores y dejar a la hembra que cumpla sola su cometido.
En los últimos tiempos hay una decidida tendencia a la cría en poligamia. Yo mismo la practico desde hace tiempo. En un volumen de 2 m de longitud, por 1 m de anchura y 2 m de altura alojé a un macho con cinco hembras y no oculto que quedé satisfecho con el resultado: ¡28 jóvenes Sizerines destetados! Mi amigo Rudy Driesmans probó con la siguiente fórmula: un macho con 14 hembras, en una voladera más grande que la mía, es cierto. ¡No menos de 59 jóvenes revoleteaban por la voladera al final de la temporada!
Anillaremos los pollos hacia el quinto día de vida. También aquí, la anilla constituye un objeto incongruente para el pájaro adulto, que no debe estar en el nido. En su insaciable deseo de limpieza, la madre corre el riesgo de tirar la anilla con pollo y todo, con las consecuencias trágicas que podemos imaginar. Ennegrecer la anilla sobre la llama de una vela puede ser una buena solución para disminuir los riesos de este accidente.
Ejemplar de concurso
El Sizerín es no sólo un pájaro ideal para los criadores noveles, sino que además presenta otros aspectos nada desdeñables, entre los que se cuentan su librea, sencilla pero agradable.
Recordemos que el Pardillo sizerín no muestra dimorfismo sexual en su primer año.
Un Sizerín criado en cautividad pierde el color rojo que tiene en libertad y no podrá exhibir nunca un pecho rojo. Y ¿sabéis que, según numerosos estudios científicos, en la naturaleza, un macho joven que no tenga el pecho rojo no tiene ninguna esperanza de encontrar una hembra? Esta última prefiere a los machos de pecho rojo, más experimentados, por consiguiente. Podemos deducir de este dato que el color rojo del pecho tiene una función muy concreta de reclamo. No obstante esto, un macho “doméstico” sin color rojo es, a pesar de todo, capaz de fecundar.
A los jóvenes Sizerines no se les suministra nunca cantaxantina ya que si lo hiciésemos, también el pico se les colorearía de rojo y el pecho luciría un reflejo rosa, dos aspectos que serían penalizados severamente por los jueces.
Los jóvenes Sizerines destinados a concursar deberían pasar algunas semanas en jaula de concurso antes de su primera aparición en público. Es el sistema que utilizo y funciona bien. Cuando llega el momento de la primera exposición, mis Sizerines están tan tranquilos que, por general, se presentan con sus mejores aptitudes ante el juez.
Al igual que ocurre con el Lúgano, el Pardillo sizerín que participa en concurso debe tener la oportunidad de bañarse a diario y si esto no ocurre, su plumaje se resentirá pronto y empezarán a formarse “cuernos” y plumas lacias detrás de los ojos y sobre los flancos.
Otros defectos más o menos recurrentes son:
• Flancos asimétricos
• Babero irregular, demasiado grande o demasiado pequeño
• Bandas alares incompletas o asimétricas
• Cola mal cerrada
• Alas mal cerradas o caídas, algo que ocurre muy frecuentemente.
Como podemos ver, las posibilidades de fracaso en concurso son variadas. Por esa razón, aconsejo seleccionar en base al color, la forma, el diseño y la prestancia, lo que puede contribuir a formar una buena cepa de Sizerines, pájaros sencillos pero bellos.
Las mutaciones del Pardillo sizerín
Es normal que hayan aparecido mutaciones en un pájaro objeto de una cría intensiva, como es el caso. La primera mutación que pudimos admirar, no obstante, se hizo esperar. Fue la bruna, que se mostró en 1974, durante el campeonato de la A.O.B., en Maasmechelen. Pero el pájaro en cuestión, por desgracia, desapareció muy rápido. Si hubiese vivido, hoy en día estaríamos mucho más avanzados.
Pero no nos lamentemos demasiado, ya que la cría de las mutaciones está en pleno auge. Gracias a ella, el interés que ha despertado el Sizerín es grande y podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que los Sizerines son los pájaros europeos más reproducidos en voladera, hasta el momento.
Un consejo: conservad los colores puros, es decir no mezclando mutaciones entre sí, para evitar los avatares sucedidos en las mutaciones del Verderón.
Pardillo sizerín bruno
Como anécdota digamos que la historia del Sizerín bruno empezó en Bélgica en el criadero del reputado criador de mutaciones Rudy Driesmans. Éste supo que un criador inglés poseía una cepa de Sizerines brunos. Después del intercambio de correspondencia previo, tuvo lugar el intercambio entre un Sizerín ancestral portador de bruno por una pareja de Pardillos bruno.
Este macho portador fue el ancestro de todos los Sizerines bruno de Bélgica. Se reveló como un verdadero Don Juan y durante su primer año fecundó no menos de catorce hembras. De los 59 pollos obtenidos, resultaron nueve hembras bruno, un buen conjunto de machos que podían ser portadores y, evidentemente, una parte de hembras normales. Todos los machos que podían ser portadores, se repartieron entre amigos, para comprobar si eran o no portadores. Al año siguiente, Rudy acopló su “Don Juan” con sus nueve hijas bruno. Desde ese momento, la carrera hacia adelante del Sizerín bruno no ha conocido pausa. Alemania, Holanda, Italia o Francia son países en los que esos pájaros son muy buscados para la cría y los concursos.
La introducción de la mutación bruno en los Pardillos sizerín no parece ser un éxito. Aunque se pensaba obtener pájaros más grandes y bonitos, hubo que desencantarse, ya que la combinación Pardillo sizerín nominal y mutación bruno decepcionó. El color, sobre todo, está penalizado por su intensidad. En el fondo se trata de algo comprensible. El Pardillo sizerín cabaret (Acanthis flammea cabaret) tiene mucho bruno en el pigmento. El pájaro que se obtiene luce un bonito bruno cálido, precisamente por la acción de la mutación bruno. En la forma nominal del Pardillo sizerín (Acanthis flammea flammea), encontramos mucho blanco entre el pigmento casi negro. Evidentemente, el blanco no puede empalidecer más y el negro lo hace insuficientemente, por lo que resulta un color “bruno frío”. En este caso concreto resulta difícil hablar de una bonita mutación. Por ello, para poder obtener bellos Sizerines brunos debemos hacerlo con el Sizerín cabaret. Junto al color bruno, es indispensable conservar el diseño de las plumas. Sizerines brunos sin diseño sobre los flancos o las alas, incluso aquellos que no tienen babero, no son buenos pájaros de concurso.
El Sizerín bruno tiene, en relación con la forma ancestral, una herencia ligada al sexo, lo que en teoría nos dará:
bruno x bruno
50% machos brunos
50% hembras brunos
bruno x ancestral
50% machos ancestrales / bruno
50% hembras brunas
ancestral x bruno
50% machos ancestrales / bruno
50% hembras ancestrales
ancestral / bruno x bruno
25% machos ancestrales / bruno
25% machos brunos
25% hembras ancestrales
25% hembras brunas
ancestral / bruno x ancestral
25% machos ancestrales / bruno
25% machos ancestrales
25% hembras ancestrales
25% hembras brunas
Pardillo sizerín ágata
Aún seguía siendo una novedad la mutación bruno cuando aparecía la mutación ágata, que al principio se llamó “pastel”. La mutación ágata se caracteriza por una amplia gama de variaciones. Hay, por ejemplo, pájaros ágata dotados de una pigmentación muy oscura, con rectrices y rémiges muy oscuras. Los hay también con una pigmentación muy clara y rectrices y rémiges muy claras también. El estándar preconiza la forma oscura, típica de la mutación ágata.
Los mejores ejemplares se consiguen en combinación con la forma nominal Acanthis flammea flammea. Esta forma tiene las rectrices y las rémiges negro brunáceas, lo que juega a favor de la mutación ágata.
Esta última, al igual que la mutación bruno, tiene una herencia ligada al sexo. Por consiguiente, como en casos anteriores, sólo tendremos que cambiar el término “bruno” por “ágata” para darnos cuenta de las posibilidades.
Pardillo sizerín isabela
Resultará evidente que como continuación a las mutaciones bruno y ágata, la mutación isabela no se haría esperar mucho tiempo. Ya sabemos que combinando las mutaciones bruno y ágata y mediando un crossing-over, llegamos a la mutación isabela. Esa es la razón por la que en la naturaleza, en principio, no existirá nunca una mutación isabela. Un mutado accidental en una voladera en la que no haya ni Sizerín bruno ni ágata, nunca será isabela.
Para el verdadero aficionado, esta mutación es un verdadero desafío. En ella es aún más difícil que en la bruna mantener el pigmento visible. Para obtener un Sizerín isabela hay que actuar de la misma forma que en el caso del Lúgano isabela.
Pardillo sizerín perlado
No se trata de la mutación más espectacular y algunos la miran con desdén. No se porqué razón ya que en el Canario, por ejemplo, pájaro domesticado desde hace alrededor de cien años, todavía no ha aparecido ningún ejemplar perlado. Por contra, en el Sizerín en el que la cría de mutaciones es relativamente reciente, ya se encuentran. Procuremos pues conservar esta mutación en el futuro. Las cepas son aún pocas, lo que hace que el Sizerín perlado no esté considerado todavía en el estándar. Deseo la mejor de las suertes a los obstinados.
La mutación perlada tiene una herencia recesiva y en teoría actúa de la siguiente forma:
perlado x perlado
50% machos perlados
50% hembras perladas
ancestral x perlado
50% machos ancestrales / perlado
50% hembras ancestrales / perlado
perlado x ancestral
50% machos ancestrales / perlado
50% hembras ancestrales / perlado
ancestral / perlado x perlado
25% machos ancestrales / perlado
25% machos perlados
25% hembras ancestrales / perlado
25% hembras perladas
ancestral / perlado x ancestral / perlado
25% machos ancestrales / perlado
12,5% machos perlados
12,5% machos ancestrales
25% hembras ancestrales / perlado
12,5% hembras perladas
12,5% hembras ancestrales
El último cruce es el peor. Los portadores de perlado no pueden diferenciarse de los pájaros no portadores y sólo con acoplamientos experimentales lo podemos comprobar.
Pardillo sizerín pastel
Hace ya algún tiempo, un criador de Sint Katelijne Waver, cerca de Malines, compró incidentalmente un pájaro color ancestral pastel con el que formó una cepa cuyos pájaros no obtuvieron al principio muy buenos resultados en los concursos. Sus conocimientos en la materia y su tenacidad consiguieron que sus pájaros fueran reconocidos como debido e incluidos en el estándar, integrados en los ancestrales, y está sobre la mesa un anteproyecto para el bruno pastel.
Mutaciones
Bruno, Ágata, Isabela, Perlado, Pastel, Phaeo, Cobalto simple factor, Cobalto doble factor.
Aberraciones
Blanco, Amarillo.
Ficha Técnica
Forma nominal | Hábitat |
Acanthis flammea flammea | Europa del norte, Asia, América del norte |
Subespecies | Hábitat |
Acanthis flammea islandica | Islandia |
Acanthis flammea rostrata | Groenlandia, América del norte |
Acanthis flammea hornemanni | Europa del norte, Siberia, Canadá |
Acanthis flammea | Laponia, Rusia, Siberia |
hornemanni exilipes | Canadá, América del norte |
Acanthis flammea holbolli | Escandinavia, Rusia y Siberia |
Acanthis flammea cabaret | Europa central y occidental |