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¿Qué son y que función tienen las proteínas en la dieta de nuestras aves?
Son el constituyente principal de los órganos y tejidos del ave, por ello, son tan importantes en el crecimiento y en la regeneración de tejidos a lo largo de su vida. Las necesidades de proteínas variarán dependiendo del estado del ave y de la actividad que esté realizando. A lo largo del año, las aves de nuestros aviarios tendrán diferentes necesidades según su status, estado de crecimiento o actividad fisiológica que estén realizando. En periodos como la reproducción, la muda o el crecimiento durante las primeras semanas de vida, sus necesidades aumentan, y por lo tanto, su disponibilidad debe hacer lo mismo.
Las proteínas están formadas por cadenas de aminoácidos, los cuales pueden ser clasificados en dos grupos: esenciales y no esenciales. Los primeros pueden ser sintetizados por el propio organismo, los segundos, por el contrario, no pueden sintetizarse en cantidad suficiente y por tanto deben ser suplementados en la dieta del ave. Estos aminoácidos esenciales que el ave no puede sintetizar, o no lo hace en cantidad suficiente, son la arginina, lisina, histidina, leucina, isoleucina, valina, metionina, treonina, triptófano , fenilalanina, y en algunos casos, la glicina.
Intervienen en la formación de hormonas, enzimas y anticuerpos, y son precursoras del sustrato para la formación de los lípidos e hidratos de carbono.
Si observamos en la naturaleza, aves a priori granívoras, en épocas de cría consumen una gran cantidad de insectos para alimentar a sus pollos, que en otras épocas del año no consumirían. Si extrapolamos este comportamiento a la vida en cautividad, deberemos aportar a nuestras aves proteínas de alto valor biológico durante estas fases de su vida para poder mantener su dieta equilibrada y evitar deficiencias en su desarrollo.
Las proteínas, además de ejercer funciones estructurales, intervienen en trabajos realizados por hormonas, enzimas o anticuerpos, siendo fundamentales en muchos procesos fisiológicos a nivel general. Por tanto una deficiencia puede acarrear consecuencias orgánicas a diferentes niveles, debilitando desde la función reproductora o de crecimiento, hasta el sistema inmunológico de las aves. Habíamos visto que las proteínas se componían de aminoácidos, que absorbe el intestino para formar nuevas proteínas e intervenir en diferentes funciones del organismo, y estos a su vez se dividían en esenciales y no esenciales (ver apartado de requerimientos nutricionales en aves). Las semillas, secas o germinadas, y las plantas verdes, no pueden aportar la cantidad suficiente de aminoácidos esenciales para el organismo del ave, ya que estos se encuentran sobre todo en proteínas de origen animal. Pero además, las proteínas de origen animal tienen un valor de transformación y absorción muy superior a las proteínas vegetales. Aunque algunas semillas puedan aportar por encima del 20% de proteínas a la dieta de nuestras aves, su valor de absorción es muy bajo, llegando a ser utilizado por el organismo una pequeña parte del aporte. Sin embargo, la proteína del huevo tiene valores de absorción y utilización superiores al 94%, es decir, es el tanto por ciento de aprovechamiento que el organismo puede hacer de ese aporte de aminoácidos, además de contener muchos aminoácidos esenciales que el ave no puede sintetizar, y que los vegetales no se los aportan. Así en periodos de desarrollo crítico, como es el ocurrido en las primeras semanas de vida de los pollos, en las que su masa muscular crece a un ritmo acelerado, se debe aportar a la dieta proteínas que contengan el mayor nivel de transformación por parte del organismo y que aporten el perfil de aminoácidos más completo posible. Y ahí es donde entran en juego los suplementos proteicos.
Un caso especial es el que hace referencia a las aves insectívoras, cuyo propio metabolismo exige dietas mucho más ricas en proteínas animales que el del resto de aves, sin embargo, pueden llegar a adaptarse a la vida en cautividad con una dieta basada en semillas y suplementada con este tipo de alimentos proteicos.
¿Cómo aportamos proteínas?
• Pasta de cría o pastón.
Es un buen complemento proteico. Sencilla de utilizar, sin preparación previa y muy completa. Está destinada en especial a cubrir las necesidades de nuestras aves durante las fases de mayores requerimientos nutricionales y viene suplementada con altos niveles de vitaminas y minerales. Su base proteica se obtiene con concentrados de huevo, por lo que su perfil de aminoácidos cubre perfectamente las necesidades de las aves. En estado muy seco no suele provocar una ingestión muy alta por parte de las aves, sin embargo, su mezcla con huevo cocido, semillas germinadas o insectos, la hace altamente apetecible y un alimento muy completo para estas fases de desarrollo. Además, su presentación seca permite el secado parcial de los otros aditivos de la mezcla que se suelen presentar con una humedad excesiva. Hay otro tipo de presentación que es más húmeda, conocida como pasta mórbida, y tiene menor concentración de proteínas pero mayor de lípidos y aceites. Este tipo de pastas estarían más indicadas en los periodos de muda para conferir brillo y elasticidad al nuevo plumaje, quedando un poco escaso su porcentaje proteico para la fase de cría.
• El huevo cocido
Se presenta como un alimento de base para esos periodos de gran necesidad de aminoácidos esenciales, tanto la cría como la muda. Posee una de las composiciones proteicas de mayor valor biológico de todo el reino animal. Se prepara mediante una cocción mínima de ocho a diez minutos, tiempo suficiente para conseguir la erradicación de posibles colonias de Salmonella spp., y a partir de aquí se puede administrar directamente o mediante la mezcla con pasta o semillas germinadas. Se puede aprovechar el 100% del huevo, ya que en su administración, además de picar yema y clara, se puede ofrecer la cáscara troceada que representa un gran aporte de minerales. Dentro de la composición del huevo destaca su concentración de proteínas en la clara, de lípidos en la yema y de calcio en la cáscara, además de un aporte importante de vitaminas y de otros minerales.
• Suplementos de proteína
Hoy en día, además podemos encontrar en el mercado numerosos suplementos proteicos, indicados para suplementar la dieta y aportar proteínas de origen animal o vegetal, para llegar a cubrir sus necesidades nutricionales en función del periodo del año. Algunos como el Protein forte, incorporan proteínas animales de alto valor biológico ( lactosuero y ovoalbúmina), además su formulación específica de vitaminas y minerales favorece la aparición del celo en los reproductores, aumenta la fertilidad, mejora los índices de puesta y estimula el crecimiento durante los primeros meses de vida de las aves.
• Insectos deshidratados
Ya sean vivos, congelados o deshidratados. Es la proteína que consumen las aves silvestres durante los periodos de altas necesidades proteicas, para la alimentación de los pollos o de ellas mismas. Son sobre todo aceptados en especies de fringílidos de fauna europea y especies insectívoras. Es un alimento muy completo que puede utilizarse en forma de larva, más rico en grasas y de textura blanda, o en forma adulta, más rico en proteínas y con mayor dureza externa. Hoy en día es sencillo localizarlos en comercios especializados, y si podemos asegurarnos su suministro continuo, son una fuente ideal de proteínas para la época de cría.
Hace años se solían consumir en forma viva, siendo frecuente encontrarnos en los aviarios con gusanos de la harina criados en cajas con restos de comida. Eran baratos y podíamos emplearlos todo el año. A través de los años, nos dimos cuenta que ese tipo de alimento contenía muchas enfermedades que podían transmitirse a nuestras aves, por lo que su empleo decreció a favor de los insectos congelados. Estos ya se sirven comercialmente con unos controles sanitarios que evitan la transmisión de enfermedades a las aves. Se conservan en un congelador, y se van utilizando a medida que sea necesario.
Hoy en día, los más utilizados son los insectos deshidratados. Este tipo de alimento es sometido a altas temperaturas que aseguran su salubridad y eliminan el agua de los tejidos, permitiendo que se conserven durante más tiempo y además facilita su almacenamiento, ya que pueden mantenerse a temperatura ambiente en el mismo aviario para ir consumiéndolos. Otra ventaja de los insectos deshidratados es que al eliminar el agua (casi un 80 del organismo del insecto vivo) el porcentaje de proteínas suele superar el 60%, siendo un
alimento proteico mucho más concentrado. Podemos encontrar este tipo de presentación ya incorporada a las pastas de cría o en forma independiente, permitiendo que el criador prepare su propia fórmula para la cría o se los administre directamente en un pequeño comedero. El insecto más empleado es el gusano de la harina, aunque también
podemos encontrar larvas de hormiga, gammarus, gusanos de seda, larvas búffalo y larvas pinkies. A la hora de formular dietas con insectos para nuestras aves, debemos tener en cuenta que son un alimento pobre en calcio y que tiene invertida la relación calcio:fósforo, por lo que tendremos que ajustar dicho aporte con el resto de componentes.