El Padda de Timor vive en las pequeñas islas de la Sonda, en Saman, y como su nombre indica, en la isla de Timor. Se sabe poco sobre sus costumbres en la naturaleza. Los pájaros de esta especie viven en parejas, al abrigo de los bosques, y en las llanuras donde crece matorral bajo. Se nutren de semillas de gramíneas y vuelan erráticamente en pequeños grupos después de la reproducción.

La especie fue descubierta por el explorador y ornitólogo francés L.J. Vieillot (1748-1831), quien la describió en 1807 y la llamó Lonchura fuscata.

Padda Timor

Pareja de Padda de Timor, hembra arriba y macho abajo.

Pasó algún tiempo antes de que los primeros ejemplares hicieran acto de presencia en Europa. El célebre escritor alemán de obras de ornitología, Karl Russ, se encontró con Paddas de Timor con ocasión de la Exposición en París, en 1865. Tuvo sus dudas porque creyó por un momento que debía tratarse de un cruce entre Lonchura castaneothorax y Padda oryzivora. Y ahí se detiene la historia, hasta que en 1896, Paddas de Timor hicieron su aparición en el Zoo de Berlín. Después, la especie cayó poco menos que en el olvido.

Un envío de Paddas de Timor llegó a Gran Bretala en 1939 y algunos de estos animales siguieron camino hasta Alemania, llegando precisamente al Zoo de Berlín y de Frankfurt. Por aquel tiempo había ya ornitólogos que estaban convencidos de que el Padda de Timor era una especie aparte, mientras que otros pensaban que se trataba de un cruce. En cualquier caso, el Padda de Timor es una especie que tuvo que esperar mucho tiempo antes de ser reconocida como tal.

En 1986 se importaron algunas parejas a Bélgica. Cuando las vi por primera vez quedé literalmente impresionado por la belleza de este pájaro. Es más pequeño que su primo; de hecho no mide más que 12 cm de longitud y aunque los colores son diferentes, los diseños puede decirse que son idénticos.

Combinación de Padda Timor

Padda de Timor x Padda, un bello pájaro pero poco aconsejado debido a la escasez del Padda de Timor y al estrecho parentesco entre las dos especies.

Los pájaros importados eran muy caros y no podían ser comprados más que por criadores experimentados, vista su rareza. Según el importador, en aquellos momentos no existían más de cuatrocientos Paddas de Timor en libertad. Encontré aquello un poco extraño, ya que si fuese cierto no debería haber ninguno en el comercio. Sea como fuere, esos pájaros importados encontraron alojo en las voladeras de buenos criadores, que tuvieron que emplearse a fondo para obtenerlos. Su loable objetivo era criarlos para asegurar la supervivencia de la especie. Pero por desgracia, la cría no parece que se desarrollase según las expectativas y sólo unos pocos jóvenes pudieron criarse a duras penas.

De repente, en 1988, centenares de Padda de Timor aparecieron en muchos comercios. No podía pues haber problemas de supervivencia en la naturaleza. Las consecuencias no se hicieron esperar: los precios bajaron de golpe y el Padda de Timor quedó al alcance de todos. Por suerte yo estaba un poco escaso de fondos en la primera importación, porque en caso contrario esto me habría costado mucho dinero.

En la actualidad, no podemos decir que el Padda de Timor se haya criado en masa. Sigue siendo una cría con altibajos, aunque mi compañera ha conseguido criar ¡36 ejemplares a partir de una sola pareja, en un año! Y lo que también es importante, fueron criados por los propios padres.

La formación de una pareja es difícil porque no existe dimorfismo sexual aparente. Sin embargo, algunos detalles traicionan los sexos. El negro de la cabeza es más profundo en el macho, mientras que la hembra tiene los ojos brunáceos. Los flancos del macho son de un tono más claro, los de la hembra son más bien beig marrónáceo. Los machos son más robustos y los únicos que cantan, si podemos calificar de canto los ruidos que emiten.

En cuanto a la alimentación, ninguna diferencia con la expuesta para el Padda, pero quizás el Padda de Timor aprecie más la presencia de pinkis o buffalos en la dieta, aunque el Padda gusta también de comer proteínas animales, a pesar de todo.

Estoy convencido de que todo los poseedores de Paddas de Timor se van a dedicar a la obtención del mayor número de ejemplares y también de publicar sus experiencias en revistas ornitológicas y no pasará mucho tiempo antes de la especie haga furor. Si, además, empiezan a aparecer buenos ejemplares en los concursos, será cosa hecha. Sería también aconsejable que los organizadores de concursos pusiesen algo de su parte también, permitiendo que estos pájaros pudiesen ser inscritos en una serie distinta. En la actualidad están sólo admitidos en la serie del Padda y no pueden medirse con éste.

Sin embargo, cuando se tiene ocasión de observar de cerca un Padda de Timor en condiciones, lo menos que se puede decir es que se trata de un bello pájaro. Sus colores están bien delimitados y, aunque más pequeño que el Padda, el Padda de Timor es más elegante.

El hecho de que sea más difícil de reproducir no debería ser un obstáculo, sino todo lo contrario.

Hay que desaconsejar la hibridación entre el Padda y el Padda de Timor e implementar los colores del primero en el segundo no tiene ningún sentido y además faltaría que el híbrido fuese fecundo.

Una cría masiva no es necesaria, pero se debería poder llegar a prescindir de la importaciones. Crear una población de Paddas de Timor suficientemente establecida en cautividad y compuesta por numerosas líneas no emparentadas debería ser el objetivo a perseguir en estos momentos.

Es un hecho que la cría del Padda de Timor está en desventaja, por sus dificultades, respecto de la del Padda, pero debería cambiar pronto si todos nos empeñamos seriamente en conseguirlo.

El Padda de Timor vive un poco a la sombra de su primo, que se promociona a sí mismo con sus numerosas mutaciones y combinaciones, así como por su forma y la facilidad con la que se reproduce, pero esperemos que pronto podamos ver otro tanto con su pariente el Padda de Timor.