Contrariamente al Pinzón común (Fringilia coelebs), el Verderón común (Carduelis chloris) y el Camachuelo mejicano (Carpodacus mexicanus) han sido hibridados con éxito con casi todas las especies de fringílidos; incluso con el ya citado y difícil Pinzón.

El Camachuelo mejicano está considerado por los especialistas en el “arte de la hibridación”, punto de conjunción entre las distintas especies de fringílidos, precisamente por la facilidad con la que hibrida con la mayoría de ellos. Muy de cerca le sigue el “chloris” en este fascinante y centenario arte.

La síntesis de lo tratado anteriormente nos hizo emprender la aventura que ocupa ahora estas líneas: tentar la hibridación entre el verderón y el mejicano.

A pesar de lo expuesto anteriormente, la hembra de Camachuelo mejicano, nos ha presentado problemas en varias ocasiones; la camachuela, normalmente, acepta sin problemas el cortejo y posterior cópula de especies tan comunes como el Canario (Serinus canario), y el Jilguero (Carduelis carduelis), pero ésta, una vez copulada, inconscientemente podría impedir que el esperma del “intruso” macho alcance el huevo y, por tanto, que éste quede fecundado.

Tras observar la cópula de estos machos en reiteradas ocasiones sobre la mejicana,

Jilguero x C. mejicana

Canario x C. mejicana

hemos obtenido menos de un 15 % de fecundidad (hibridación recíproca).

Simplemente cambiando el sentido del cruce (hibridación directa) es decir:

C. mejicano x Canaria

C. mejicano x Jilguera

la fecundidad ha alcanzado índices del 65% al 75%, apunte que ya nos hizo en su día uno de los máximos expertos nacionales en la cría del Camachuelo mejicano, José Luis Borrajo.

La hembra, aparte de agacharse excesivamente a la hora de la cópula, podría poseer la capacidad de reconocer y rechazar los espermatozoides de algunos machos diferentes a los de su propia especie e impedir así inconscientemente el futuro desarrollo del embrión, aunque parece ser que este mecanismo biológico no reconoce el semen del Verderón como el de un intruso, aceptándolo y llegando la cópula casi siempre a buen fin.

Hibrido Macho

Hibrido Macho

Este mecanismo de algunas hembras ha sido definido por el biólogo americano William G. Eberhard como The cryptyc female choice, o sea la “oculta elección de la hembra”, mecanismo que también reflejan los autores del libro “Los Híbridos”, Massimo Natale y Leone Giuliano Pidalà

Quizás éste solamente sea un mecanismo de la madre naturaleza para preservar la especie; barrera que, por otro lado, ha sido franqueada en algunos casos con éxito a través del método de la inseminación artificial, inyectando el semen del macho lo más profundo posible en la cloaca de la hembra.

En la hibridación que nos ocupa, Verderón x Camachuela mejicana, el cruce se ha obtenido en varias ocasiones por nosotros y por Juan Carlos Sánchez, presidente del Grupo Ornitológico de Sanse, tanto en hibridación directa como en recíproca es decir:

C. mejicano x Verderona

Verderón x C. mejicana

Formación de la Pareja

Consideramos de vital importancia en la formación de las parejas, una correcta selección de los reproductores; además de una salud excelente, éstos deben mostrar un diseño nítido y un lipocromo natural, puro y uniforme.

El Verderón elegido pertenecía a la subespecie ibérica, de menor tamaño que el centroeuropeo, y con menor carga feomelánica, resaltando así el lipocromo amarillo de su librea. El ejemplar nos lo cedió nuestro amigo Mauro, silvestrista y gran conocedor de nuestros fringílidos autóctonos.

La hembra de Camachuelo fue una de las descendientes de dos parejas que años atrás conseguimos en el criadero de José Luis Borrajo, siendo ésta de buena talla y muy proporcionada, además de ser un ejemplar bastante tranquilo, condición fundamental para llevar a buen puerto nuestro objetivo.

Una vez seleccionada la pareja en cuestión, lo primero que hicimos fue alojarlos en un jaulón de 120 cm, donde pasaron juntos todo el invierno, sin producirse ningún enfrentamiento, siendo una pareja muy sociable desde el primer día, mostrando de esta manera signos inequívocos de compatibilidad.

En ese momento, la alimentación consistía en una mixtura básica de alta calidad, donde prevalece el alpiste sobre otras semillas oleaginosas, un buen grit mineral, pasta de cría seca, una vez a la semana, verduras frescas, como la espinaca o el brócoli, un tratamiento depurativo a base de tisana, una vez al mes, y un tratamiento contra los temidos coccidios, cada mes y medio, a base de Baycox (1ml/l de agua, durante 3 días al mes).

A mediados de febrero, introdujimos la pareja en una voladera exterior de 1 m de ancho x 2 m de alto x 1,5 m de fondo. A esas alturas, la alimentación consiste en una mezcla de canarios de alta calidad, enriquecida con perilla y semillas silvestres (achicoria, cardo, lechuga blanca, chía), pasta seca especial para pájaros silvestres, a la que hemos añadido espirulina, probióticos, cañamones y pipas de girasol; tres veces a la semana les proporcionamos semillas germinadas, básicamente negrillo y pipas de girasol, ya que éstas germinan con bastante rapidez (36 h aproximadamente) y poseen un alto valor nutritivo; también, y de forma esporádica, les suministramos plantas silvestres, como el diente de león, la ortiga o la bolsa de pastor.

En el agua de bebida les aplicamos un tratamiento de vitamina E, alternado con vitamina B, en las siguientes dosis:

– 5 días seguidos vitamina E

– 5 días agua limpia

– 3 días vitamina B

– 5 días agua limpia

– 5 días seguidos vitamina E

– 5 días agua limpia

– 3 días vitamina B

Éste aumento sustancial de proteínas y vitaminas, unido al alargamiento del fotoperiodo, va a permitir la correcta forma amorosa de los progenitores.

Hembra en nido

A primeros de abril, el Verderón empezó a deleitarnos con su característico canto nupcial, anunciando así la llegada de la estación primaveral, mientras que la hembra cada vez se sentía más nerviosa e inquieta, portando a su vez pequeñas ramitas y penachos de plumas en su robusto pico, de un lado para otro. Es entonces cuando procedimos a poner a la pareja dos nidos.

Las camachuelas mejicanas son unas excelentes criadoras, aunque algo nerviosas, por lo que optamos por un nido interior, forrado con plantas artificiales y bien camuflado; el segundo nido fue colocado a plena luz, pero ambos a 1,80 m del suelo de la voladera, para dejar de esta manera elegir a la hembra el futuro hogar de sus polluelos.

En este caso, ¿actuaría el supuesto mecanismo de rechazo de la mejicana al semen de determinados machos diferentes a los de su propia especie? O, por el contrario, ¿aceptaría la mejicana sin problemas el esperma del intruso verderón?

Para la confección del nido, le suministramos sisal, yuta de algodón y fibra de coco. En esta ocasión, y seguramente guiada por el verderón, la hembra escogió el nido camuflado artificialmente, y a los seis días ya había construido un espléndido nido. A la semana siguiente depuso tres hermosos huevos, de los cuales dos estaban fecundados y uno abortado.

El macho hibrido

Para asegurar el feliz final de los polluelos, le confiamos los huevos a una experimentada pareja de camachuelos mejicanos, permitiendo así a nuestra pareja híbrida poder efectuar otra puesta. Esta vez puso cuatro huevos; tres de ellos fecundos y uno infecundo. Parecía que la teoría era cierta, pero como no hay dos sin tres, procedimos con la misma operación, pero esta vez metimos los huevos a una pareja de verderones chinos de cabeza negra (Carduelis ambigua), también de demostrada eficacia en lo que a tareas de cría se refiere. ¡Y a por la tercera y última puesta! Esta vez la puesta fue de cuatro huevos; dos de ellos fecundados. Pero esta vez dejamos que la naturaleza siguiera su curso, dejando los polluelos a cargo de sus padres biológicos, quienes criaron a sus retoños de una manera ejemplar.

Podemos decir que el índice de fertilidad ha sido altísimo, ya que de once huevos que puso la camachuela, ocho estaban fecundados (uno de ellos abortado), de los cuales conseguimos destetar con éxito cinco pollos; un macho y cuatro hembras.

La descripción técnica del híbrido, tanto el macho como la hembra, merecen un capítulo aparte. No obstante, en este caso no podemos decir que los híbridos sean espectaculares o de una especial belleza, pero esta experiencia nos ha servido para conocer mejor los vínculos existentes entre dos especies maravillosas, que criamos, admiramos y respetamos.

hembra hibrida

Agradecimientos

Nuestro más sincero agradecimiento a todas las asociaciones a las que pertenecemos (Asociación Ornitológica de Alcobendas, A.M.C.A.E. y Asociación silvestrista El Verdecillo), por acogernos, fomentar la cría de Fringílidos y compartir sus experiencias con nosotros.

A Fernando Vázquez Montalbán, por abrirnos los ojos en el mundo de la ornitología deportiva.

A Juan Carlos Sánchez, por prestarnos su híbrido macho para la sesión fotográfica de este artículo.

Y a la revista Ornitología Práctica, por concedernos la oportunidad de contar nuestras experiencias y poder compartirlas con los demás.

Bibliografía

“Los Híbridos” Máximo Natale y Leone Giuliano. Editorial Croma press s.a 2006, pag 50. La “elección femenina oculta”.